viernes, 16 de septiembre de 2011

licantropia

La licantropía es la mitológica habilidad o poder que tiene un ser humano para transformarse en lobo o licántropo. El término «licantropía» viene del griego antiguo lykánthropos (λυκάνθρωπος): λύκος, lýkos ('lobo') + άνθρωπος, ánthrōpos ('hombre'). La palabra también se puede utilizar para referirse al acto de transformar a otro humano en lobo.
La etimología folclórica también conecta la palabra a Licaón, rey de Arcadia, quién, de acuerdo al poema de Ovidio Metamorfosis, fue convertido en un lobo rabioso como respuesta al intento de servir carne humana, la de su propio hijo, en la visita de Zeus para refutar o desaprobar la divinidad del dios.
También hay una enfermedad mental llamada licantropía, en la cual el paciente cree que es o que se ha transformado en un animal y se comporta de acuerdo a ello. Muchas veces se refiere al tema como «licantropía clínica» para distinguirse del uso de «licantropía mitológica».
Otros aspectos similares se encuentran en la mitología egipcia (véase teriantropía), donde hay seres con características tanto humanas como animales.

En las leyendas, a la licantropía no se le atribuye una explicación específica, más que la generalmente atribuida a la magia y a lo paranormal; podría desarrollarse como consecuencia de caracteres genéticos heredados, heridas producidas por otro licántropo, maldiciones u objetos mágicos.







Rasgos característicos

Se puede reconocer a un licántropo cuando está en su forma humana de muchas maneras:
  1. Al igual que todos los caninos, sus oídos son muy sensibles a los sonidos agudos y al contacto, además que los licántropos tienen mejor oído, esto les afecta a niveles que les molesta o les duele.
  2. En cuanto a la personalidad son muy reservados, algunos no sociables, con ego grande. O en cambio demasiado emocionales. Racionalistas, masones en su mayoría, y muy inteligentes. Siempre están a la vanguardia, defendiendo sus pertenencias, sus territorios.
  3. Viven en manadas, "familias" de números entre 5-12, no más ni menos, sin embargo estas no son siempre familias sanguíneas ya que se presenta el caso de los lobos solitarios o las manadas plásticas, "grupos de lobos sin manada".
  4. Su manera de pensar, hace que el mundo los vea como personas locas, o con defectos mentales, el término inglés "twisted people".
  5. No suelen escuchar música ni sonidos armónicos. Los que la escuchan, son quienes lo hacían antes de ser transformados.
  6. No sufren enfermedades, al menos que sufran en temperaturas bajas o lastimados gravemente, ya que se pueden identificar fácilmente al ser unas personas de bastante temperatura corporal.
  7. Sus ojos son siempre café oscuro o verde esmeralda, en algunos casos poseen ojos cambiantes de color según su estado de ánimo.
  8. Conocen el mundo, saben diversos idiomas y sus conocimientos sobre cultura en general son sorprendentes, y su madurez es avanzada para su edad tratándose de los "adolescentes".
  9. Reconocen por medio del olfato, sitios donde han estado o personas que conocen.
  10. Son muy observadores y vivaces.
  11. Sus sentimientos son más fuertes de lo normal y aman más incondicionalmente.
  12. Su cuerpo cambia a medida que avanza la transformación, puede incluso darlos por muerto.
  13. Poseen una marca de transformación, clan, manada, etc.; en el caso de los contagiados la herida por la cual fue convertido.
  14. Tienen un gran sentido del tiempo.
  15. Poseen un desarrollo muscular sorprendente, cuando se proponen cambiar algo de su cuerpo lo hacen con una rapidez impresionante.
  16. Aman incondicional y perdidamente, pero solo una vez, olvidan muy rápido para no sufrir, les cuesta mucho perdonar.
  17. Generalmente poseen piel morena o blanca pálida.
  18. Sus ojos tienen algo que cautiva y atrae.
  19. Tiene cambios de estado bruscos,esto le sucede inconscientemente.
  20. Tiene ataques de ira repentinos, aunque en los licántropos más viejos son tan pasivos que nunca se alteran.
  21. Son muy veloces con fuerza indescriptible.
  22. poseen gran cantidad de vello corporal y facial siendo considerados que entre mas vello posea en su forma humana mas fuerte sera en su forma animal

Simbología de la transformación

Posible representación de transformación en Hombre lobo.
En cualquier caso, la denotación de licantropía está limitada a la metamorfosis de seres humanos en lobos. La transformación puede ser temporal o permanente; el hombre-animal podría representar un hombre que se transformó a sí mismo, o bien ser su doble, cuya actividad deja al hombre real aparentemente sin cambio alguno; podría ser símbolo de su alma, la cual busca a quien pueda devorar y dejar su cuerpo en un estado de trance; o quizás solo el mensajero de un ser que, en definitiva, representa una íntima conexión que se demuestra en el factor que éste sufriese por la repercusión en el ser humano de la misma herida correspondiente.

De acuerdo a K. F. P. v. Martius el kanaima es un ser humano que emplea veneno para llevar a cabo su función de vengador de sangre; otras autoridades representan al kanaima como un jaguar, que es vengador de sangre o el familiar de un hechicero caníbal. Los sudamericanos mantienen que el séptimo niño del mismo sexo en la sucesión familiar se convierte en un medio-hombre, o en una mujer, y toma la forma de un caballo sin cabeza (o mula sin cabeza), cabra, cerdo, entre otros. El hombre delfín (boto) o encantado es común en el folclore de los nativos norteños de Brasil. Sin embargo, el mito se ramifica más a uno de los poderes supuestos del boto (en el que cambia su forma en él de un humano) más bien que un hombre que cambia su forma en la de un animal. En el Paraguay y el nordeste de Argentina y en el Uruguay, existe la figura legendaria del Lobizón, mucho más cercana al Hombre Lobo europeo que otras criaturas zooantropomórficas del continente.


Licantropía en Europa

El lobo es la forma más común del híbrido humano-animal, sin embargo, en el norte el oso disputa su preeminencia. En la antigua Grecia el perro era también asociado a esta creencia.
El folclore rumano actualmente tiene múltiples variaciones del tema de la licantropía. El vârcolac es frecuentemente —mas no exclusivamente— visto como un hombre lobo aunque puede también referirse a demonios, vampiros, goblins o fantasmas; el pricolici es más universalmente una forma de lobo, y de muchos como el strigoi se dice que anteriormente eran humanos no muertos, habiendo resucitado desde su tumba para hacer estragos a los vivos. Adicionalmente, ambos términos strigoi y moroi son tradicionalmente asociados de manera cercana tanto con pricolici como con vârcolaci, y mientras la ficción moderna hace una clara distinción entre los términos (con strigoi y moroi siendo usados más como una referencia a los vampiros que a la licantropía, y el último refiriéndose más a lo vivo como opuesto a los vampiros no muertos), el viejo folclore no los deja tan fácilmente diferenciables, especialmente con las variantes regionales.
Existen leyendas en el folclore español sobre una "familia" de licántropos que vivían en el Reino de Castilla a mediados del siglo X. Esta familia de licántropos llamados "Los Zerra" trabajaban para el rey Alfonso III para proteger la ciudad de Toledo de mercenarios. Los Zerra o Sierra eran una familia muy diplomática según la leyenda, caballeros educados todos, sobre todo el padre de la familia Fabio de la Zerra, cosa que es muy poco común entre los licántropos. Se dice que también ayudaron en el acuerdo matrimonial entre Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón el cual 6 años más tarde Enrique IV rompió. Tras la unión de los reinos de Castilla y Aragón la familia se trasladó a la ciudad de Toulouse, Francia.
Supersticiones afirman que la familia, aprovechando la Colonización europea de América, zarparon como tripulación en uno de los barcos de trabajadores que iban a reforzar en la construcción de una colonia francesa asentada en la isla de Saint Bartholomew.
Según escritos y leyendas folclóricas europeas, se le atribuye a los licántropos la habilidad de poder manipular su apariencia en cuanto a la edad humana, junto a la inmortalidad, estas habilidades son claves en la ayuda para pasar inadvertidos a través de la historia.
En España, el caso más conocido es el de Manuel Blanco Romasanta, en la primera mitad del siglo XIX




Licantropía en África

En Etiopía el poder de de la transformación es atribuido a los Boudas (personas de una tribu con poderes místicos), y al mismo tiempo hay archivos de licantropía patológica (ver abajo). Los herreros o forjadores son acreditados con poderes mágicos en muchas partes del mundo, y su significancia con que los Boudas son trabajadores en hierro y metales similares; en la "Vida de N. Pearce" (Life of N. Pearce) (i. 287) un observador europeo relata una historia de una supuesta transformación que toma lugar en su presencia y casi ante sus mismísimos ojos. Los animales de los que se toma forma en áfrica incluyen la gacela, cocodrilo, hiena, chacal, león y leopardo.


Hay varias historias de personas que se convierten en tiburones en varias islas del Pacífico Sur. Para la mayor parte, estas criaturas híbridas son benévolas o por lo menos no malignas. Hay muchas historias variantes en como el hombre-tiburón llega a ser. Una historia es que un hombre-tiburón hereda su habilidad. Otras apuntan a los niños perdidos en el mar o de niños adoptados por un dios tiburón. Muchos de los humanos que se han convertido en tiburón son descritas teniendo patrones de piel que los tiburones naturalmente no tienen: similar a los patrones del paño de las mantas que se envuelven alrededor de infantes.

[editar] Licantropía en las Indias Orientales

Los poso alfures de las Célebes creen que el hombre tiene tres almas, inosa ,el principio vital, angga ,el intelectual y tanoana el elemento divino. El inosa puede ser detectado en las venas y arterias; este es dado al hombre por uno de los grandes fenómenos naturales, más específicamente el viento. El angga es la parte intelectual del hombre; su ubicación es desconocida; después de la muerte este va al inframundo, y, a diferencia del "inosa", que, como se cree, es disuelto en sus elementos originales, toma posesión de un cuerpo inmaterial. El tanoana es lo divino en el hombre y después de la muerte regresa a su señor, Poewempala boeroe. Esto va en adelante durante el sueño, y todo lo que esto ve lo susurra en el oído del durmiente y luego él sueña. De acuerdo con otro cuento, el tanoana es la sustancia de la cual el hombre vive, piensa y actúa; el tanoana del hombre, plantas y animales es de la misma naturaleza. El tanoana de un hombre puede ser fortalecido por aquellos de otros; cuando el tanoana se va o es destruido el hombre muere. El tanoana parece ser el alma a la cual las hazañas de licántropos son atribuidas.
Entre los toradjas de Célebes central está la creencia que el hombre interior puede tomar la forma de un gato, jabalí, simio u otro animal, y luego devolverse a la forma humana; este es denominado lamboyo. la relación exacta del lamboyo con el tanoana no parece estar clara; más abajo puede ser notado que la vista es variable. De acuerdo con algunos el poder de transformación es un regalo de los dioses, pero otros mantienen que la licantropía es contagiosa y puede ser adquirida por la ingesta de comida dejada por un licántropo o hasta por medios insólitos. Los Toradjas mantienen que cualquiera que toque sangre se convierte en uno de estos seres. En relación a este punto de vista está la creencia de que la licantropía puede ser curada; el pecho y estómago del afectado debe ser lavado y raspado, entre otras cosas, y debe ser extraído cualquier objeto que pudiese guardar relación con brujería. El paciente bebe una medicina y el mal deja el cuerpo en forma de gusanos y serpientes. Hay ciertas marcas por las que estos seres "cambiantes" pueden ser reconocidos. Sus ojos son inestables y algunas veces verdes con sombras oscuras de fondo. Él no duerme y luciérnagas salen de su boca. Sus labios permanecen rojos y tiene una larga lengua.
Algunas de las formas del lamboyo son distintivas de otros animales por el factor de que ellos andan alrededor de las casas; El hombre-búfalo tiene solamente un cuerno, y el Hombre-cerdo se transforma a sí mismo en un hormiguero, tales como los que cuelgan de los árboles. Algunos dicen que los licántropos realmente no toman la forma de un animal ellos mismos, pero, como el hechicero, solo envían un mensajero. El lamboyo ataca preferentemente a individuos solitarios, puesto que no le gusta ser observado. La víctima cae dormida y pierde la conciencia; el lamboyo entonces asume forma humana y mutila su víctima, esparciendo los fragmentos. Él toma el hígado y lo devora, junta el cuerpo de nuevo, lo lame con su larga lengua y lo une de nuevo. Cuando la víctima despierta no tiene ni idea de que algo inusual le haya ocurrido. Se va a casa, pero pronto se empieza a sentir mal. En pocos días muere, pero antes de su muerte puede, algunas veces, decir el nombre del "cambiante" de la cual fue víctima.
De aquí se puede inferir que el lamboyo era idéntico al tanoana: la ausencia del lamboyo parecía llevar a una condición de inconsciencia, y esto podría asumir una forma humana. En otros casos, sin embargo, el lamboyo parece ser análogo al familiar del hechicero. Los Toradjas cuentan una historia de como un hombre una vez fue a casa de una mujer y le pidió una cita; era de noche y ella estaba durmiendo; le hizo la pregunta tres veces antes de obtener respuesta: "en la plantación de tabaco". El esposo estaba despierto, y al día siguiente siguió a su esposa, la cual fue irresistiblemente atraída allí. El licántropo fue a su encuentro en forma humana, sin embargo, su cuerpo estaba preparado para construir una nueva casa, lo que causó que la mujer se desmayase tres veces. En ese momento, el esposo atacó al licántropo con una vara, y el monstruo intentó escapar convirtiéndose en hoja. En esto, el esposo lo tomó y colocó en una pieza de bambú y selló los orificios de manera que no pudiera escapar. Entonces, volvió a la aldea y arrojó el bambú al fuego. El ser cambiante gritaba: "¡No!", y tan pronto como fue quemado murió.
De acuerdo a una tercera forma de la creencia, el cuerpo de un ser cambiante es transformado por sí mismo. Una noche, un hombre dejó el campamento donde un grupo se preparaba a pasar la noche; uno de sus compañeros escuchó un ruido sospechoso y disparó hacia la oscuridad. Pronto, el hombre volvió y dijo que le habían disparado. Aunque no se observó marca alguna donde se suponía que debería estar el disparo, el hombre murió luego de unos pocos días.





 

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